miércoles, 12 de octubre de 2016

KENITO.

K E N I T O.
NO JOKE. NO CHISTE. Personal, Domestic.
Mi Historia con Kenito (Mi PAPA). 
Gracias a Keneddy (su Papá). Gracias a Haslavic (su Mamá). Gracias a Kenito (a él mismo). Y Ahora, Gracias a María José (su Hermanita). Un breve recuento de las más lindas y reconfortantes vivencias de mi vida, y esas no pueden ser otras más, que mis vivencias con Kenito.

Y entiéndase que ésta redacción la emito, como una respuesta obligada, a todos los que siempre nos vieron juntos en el transcurso de aproximadamente 12 años, y que siempre, al sólo verme, me hacen las interrogantes: Y el niño con el que tú andabas? Cómo está tu Nieto? Para dónde se fué? Eso te debe haber dolido mucho? etc. etc.
(Agradezco captar la idea, y ruego disculpar imprecisiones).
PRIMERA PARTE
Toda ésta bella relación (o llave) de amistad, de amigos, tiene su origen, en el momento en que una familia vecina del piso 15 (nosotros habitamos, vivimos, en el piso 18), debió dejar a sus únicos tres pequeños hijos, dos hembritas mayores y el menor, un varón, todos contemporáneos con mis dos pequeñas hijas, al cuidado de mi Esposa. Es lógico entender, que ya por ese motivo, se hizo una muy linda y estrecha relación de Amistad, entre ambas familias.

Mi Esposa, por su parte, muy atenta con los niños, en todos los sentidos y necesidades, y yo, por mi parte, me agradan mucho los nisños, y me gusta que se sientan bien, y me gusta apoyarlos en su desarrollo y aprendizaje. 

La Hija mayor de ellos, se casó, con un joven muy trabajador, pujante, laborioso, y criado con muy buen gusto, y muy buenos valores y sentimientos como persona, hijo de Padres naturales de Portugal.
De esa bella unión, nació Kenito, mi Papá.

Yo siempre fui trabajador Bancario, por aproximadamente 27 años seguidos y consecutivos, pero ya al final, cansado de andar Etiquetado, acartonado con Trajes, y muchas veces, algo débil Económicamente, financieramente, me dediqué a laborar como Taxista, que si bien no tenía nada que ver con mi desenvolvimiento anterior, por lo menos, ahora podía llevar algún disponible en los bolsillos de mi Pantalón.

Kenito nació con una pequeña debilidad, NO QUERIA CAMINAR.

Sus Padres, ya habitando su propia vivienda, cuando ya Kenito iba aproximadamente a cumplir los dos años, le sugirieron a mi Esposa, que se lo cuidara, ya que por sus motivos laborales (Papá y Mamá Trabajaban), ellos no podían hacerlo, a lo que lógicamente, mi Esposa, accedió.

Cuando yo llegaba de laborar, a final de la tarde, siempre lo veía acostado boca arriba en el sofá, dándole a sus piernitas, hacia arriba y hacia abajo. Sólo hacía eso. O, acostado en el suelo igualmente boca arriba, metido hasta su torso, hasta su cintura, en una caja de cartón grande (cuando se le deterioraba ésta caja, yo me preocupaba en conseguirle la otra, a la mayor brevedad), en la que sólo se le veían sus piernitas, haciendo el mismo movimiento. Recuerdo que yo me asomaba por la Caja, para verle la carita, y le preguntaba: Cómo está eso por allá adentro, amiguito?

Kenito, para ese entonces, tenía un carácter un poco serio, le era un poco difícil sonreír, yo no le hallaba una sonrisa, le hiciera el juego que le hiciera. Hasta que un día, sólo me agarró un dedo, y yo le hice el gesto de que me apretaba muy duro, le insinué que eso me dolía, eso le hizo gracia, y en ese momento, ya consideré, que estaba superada la etapa de su seriedad.

Ahora sí, ya comencé a jugar con él. El sólo gateaba, por todo el apartamento, sus Padres le habían traído todos sus jugueticos, y yo lo acompañaba en esas faenas de jugar. O si no, él estaba viendo la Televisión, las comiquitas, el Chavo, ésto le gustaba mucho, y se reía, etc. También nos poníamos a jugar al Football, recuerdo que él tenía una impresionante destreza, realmente, para dirigir la Pelota quieta, sacándola de los rincones, con una sola Piernita, sin soltarse del lugar, de donde estaba sostenido, agarrado.

A veces yo me acostaba en mí cama, en mí cuarto, y luego lo veía venir gateando hacia la cama, se subía, me tapaba la cara con la almohada, y comenzaba a jugar conmigo, a brincar encima de mi, a tocar las Guitarras, el Cuatro, a cantar, etc.

El tenía unas Pistas de desplazamientos por Gravedad de Carritos Hot-Road, y con ellas nos divertíamos mucho. El es muy Inteligente, su Padre y su Madre le hablan mucho, y todo lo entiende y se le queda grabado en su mente, rapidamente..

También recuerdo sus destrezas con sus jueguitos de Pantalla pequeños, me los prestaba, y me explicaba la forma de jugarlos, y me regañaba cuando yo cometía errores.

Todos sus jueguitos, sin excepción, los traía al apartamento para compartirlos conmigo, para que jugáramos los dos..

Yo estaba muy pendiente de su desarrollo, al igual que siempre lo estuve con mis Hijas, con su Madre y con sus Tíos: Emulsión de Scott, Wampole, Dayamineral, etc., Complementos Vitamínicos.

A él debían hacerle Terapias Clínicas, para que lograra caminar, a las cuales lo llevaban sus Abuelos y sus Tíos, pero como sucede algunas veces, siempre surgen inconvenientes inevitables, el auto dañado, diligencias, etc., y sus Padres preocupados, al igual que mi Esposa, por su asistencia a éstas Terapias, me sugirieron, que yo lo llevara con mi Esposa.

Su Padre, en conocimiento de que eso era lo que yo laboraba para ese entonces, acordamos de que yo le llevara la cuenta, el importe, el costo, de todos los traslados (para lo cual, yo establecía realmente una pequeña cifra simbólica, y nunca consideré los verdaderos costos de los mismos. Ese era mi Papá), y que cuando yo necesitara alguna reparación al vehículo, se lo informara para él efectuar abonos.

Hospital San Juan de Dios, Hospital Pérez Carreño, Fuerte Tiuna, Santa Mónica, San Bernardino, Expansú, Altamira, Clínicas, Caritas, etc.

Ya en el Hospital San Juan de Dios, le hice el primer obsequio, el cual le fue muy útil en sus inicios de sensación de ser Independiente en sus desplazamientos, un carrito-móvil, con el cual él mismo se desplazaba por el impulso directo de sus piernitas (muchos lo denominamos “zapato”). Realmente nunca he visto a otro niño de ninguna condición, que le diera con tanta destreza, como mi Papá. Era realmente impresionante, rapidísimo.

Ya con éste obsequio, le comenzó a ser posible, su acceso por su misma voluntad, claro que siempre con alguna supervisión, a muchos sitios. Ya mi hija se lo llevaba a Centros Comerciales, y él, lógicamente, se sentía muy independiente, y comenzaba a entender la necesidad de independencia.   

Así mismo, lo inscribieron en la Escuela “MAQUIRITARE”, de San Bernardino, Preescolar, y Escolar. Siempre lo llevé a todos los sitios que debía asistir, nunca lo abandoné en esa necesidad.

Cuando comencé a llevarlo al Preescolar, ya allí comenzó realmente mi verdadero apoyo en su práctica para que él aprendiera a caminar. Llegábamos temprano a la Escuela, y yo lo llevaba agarrado de las manos por todas esas cuadras aledañas, cercanas, a la Escuela, edificios, garages, jardines, él era incansable, muy interesado en aprender a caminar, tenía y tiene, mucha buena voluntad, recuerdo que él me decía: “Ye, vamos a caminar”, y yo, motivado por su interés, me obligaba a mí mismo, a ser incansable, para que alguna vez, él lograra ese objetivo, Caminar. Recuerdo una bajadita de un estacionamiento de un edificio, era la que más le gustaba, él se reía, cada vez que la bajábamos. Ya todas las personas lugareñas del sector, nos conocían, y nos prestaban apoyo, no nos hacían ninguna observación, a no ser para su bien.

Así mismo era en el apartamento. Yo una sola vez le dije: “Poco a poco para llegar lejos, Papá, eso es bueno caminar, bajar y subir las escaleras, para hacer ejercicios”. Y eso más nunca se le olvidó. Cuando yo llegaba de laborar, me decía: “Ye, vamos a subir y bajar las escaleras, eso es bueno para hacer ejercicios”. Todo el edificio, y el edificio adyacente, bajando y subiendo las escaleras, siempre agarrado de mis manos, incansable, Gracias a Dios.

Igualmente, cuando Yo lo iba a buscar a su Vivienda en las mañanas, para llevarlo a la Escuela, quería subir al edificio adyacente al de su vivienda. Subíamos, bajábamos, íbamos por los pasillos, siempre agarrado de mis manos, etc.

En éste edificio adyacente a su vivienda, recuerdo a una Señora encargada de una oficina en la Planta Baja de ese edificio, ella le guardaba diariamente los periódicos, porque a él, le gustaba leerlos.

Una vez le compré una andadera, la más económica del mercado. Y él la quería mucho, la pedía, la buscaba, me decía: “Ye, búscame la andadera”. Se la mande a subir, a elevar, tres veces, con un Herrero que estaba ubicado por la esquina de Venus, debido a que él, Kenito, iba creciendo. Le expliqué todo el problema al Herrero y me dijo: tráela que la subimos.

Una noche, cuando su Papá lo vino a buscar a nuestro apartamento al final de sus labores, nos informó a mi esposa y a mí, que ya Kenito estaba caminando, que esa noche anterior, se había ido para la cama de ellos, caminando, lo que nos proporcionó a todos, una gran felicidad y satisfacción y alegría, para el momento, realmente, inolvidable. Ya Kenito tenía aproximadamente 6 años de edad.

En la Escuela, algunos representantes también me agradecieron el Transporte de sus niños. A veces yo llevaba hasta 8 niños a la vez, en mi Chevrolet Caprice Classic ´79, Verde con el Techo Blanco, Placas BI-429-T. Entre otros: Antonella, Pablito, Eicker, Jonathan, Yorgelis, Nathalia, Karl, etc. Al llegar a la Escuela: Andaderas Terapéuticas, Sillas de Ruedas, Llevar de la Mano, Cargar niños, etc., Bultos, Morrales, Trabajos, Tareas, etc. Dar la colaboración en dinero efectivo que les habían exigido, para después cobrarla a sus Padres, etc. Satisfactoriamente, los únicos que caminaban sólos, eran Kenito y Pablito (su gran amiguito).

Fue una época para mí, muy linda, Inolvidable, la cual me dio la oportunidad, por ese motivo, de conocer y convivir, de aprender también, de servir de apoyo, de instructor, de Maestro (dándoles explicaciones de sus Tareas Escolares, etc.), de asesor, de todo lo que eso conlleva, a que se formaran bien, en la medida de las posibilidades.

Claro que había Plan B, en los traslados, por si yo no podía asistir por algún motivo, pero realmente pienso y creo, que no lo utilizamos 10 veces en los 12 años. Siempre los evité. Yo quería andar siempre con mi Papá. No quería fallarle nunca, nunca quise que sufriera ningún inconveniente, nunca quise que sufriera ningún sinsabor..

También lo inscribí en Prácticas de Football, en el Colegio La Salle, cerca de la Autopista Cota Mil, debíamos ir después de asistir a la Escuela, dos días a la Semana. Gracias al amigo Instructor de Football Amílcar, por su gran apoyo en ese sentido. Comprensivo e Interesado en el desarrollo de Kenito. Nos debimos ausentar de ésta Práctica, motivado al deterioro del Motor de mi Vehículo.

Cuando pudimos reiniciar la Práctica de Football, lo hicimos en la Clínica de Football de su Tío David, también Instructor de Football, el es Esposo de su Tía Magder, Hermana de su Padre Keneddy, ubicada en el Hotel Avila de San Bernardino. Realmente, luego de varias asistencias, preferí que nos ausentáramos de esa Práctica, motivado a que presencié una fuerte caída, gracias a Dios sin consecuencias lamentable, que se registró con unos niños en pleno juego, y yo consideré, que mi Papá, no debía correr ese riesgo.

También recuerdo sus Terapias en Fuerte Tiuna, con los Caballos. Cuando él, Kenito, le jugaba bromas a Guillermina, la Señora que hacía el Aseo y Limpieza de ese Centro Terapéutico Médico, recuerdo que él me decía: “tranquilo Ye, no le hagas caso a Guillermina”.
Lo sentaba en el auto en el asiento trasero, y de inmediato, se cambiaba para el asiento delantero, y también de inmediato, sintonizaba en la radio, la emisora que siempre escuchábamos.

Todos los regalos que le obsequié, siempre fueron en función de hacerle conocer los temas que los relacionaban: Bicicleta, Juego de Football, Juego de Baseball, Juego de Basket, Mesa de Footbolito, Mesa de Pin-pon, Moto Eléctrica, Legos, Instrumentos Musicales, Acordión, Armónica, Flauta, etc., y yo, lógicamente, lo acompañaba y apoyaba jugando y divirtiéndonos los dos.

Recuerdo que una vez viajaron a la Tierra de su Padre, Madeira, yo sabía que ellos iban a regresar, y yo anhelaba ese momento de su retorno, ya quería ver a mi Papá. Efectivamente, cuando regresaron, y me vió, ya que lo fui a buscar para llevarlo a la Escuela, él estaba muy contento, y lógicamente, yo también.

El siempre me decía: "Ye, nos vamos a ir a Portugal", "Ye, nos vamos a ir a Portugal", y en realidad, en esos momentos en que él siempre me lo decía, yo no visualizaba lo que estoy muy seguro, de que ya él, si lo estaba visualizando, ya él estaba visualizando, las consecuencias que nos generaría, la situación que se nos iba a presentar a ambos: La Gran Nostalgia.

Y efectivamente, ya al final, aproximadamente en el mes de Mayo del 2.015, ellos volvieron a viajar a Portugal, pero ésta vez a Tierra Firme, y ésta vez, sí fué en forma definitiva, ésta vez, sí fué para no volver.

Realmente, NO le deseo a ninguna persona, mis vivencias de la primera, segunda y tercera semana luego de su ida, más aún, si le agregamos, el evidente y significante vacío, que dejó en mi auto y en mí, además, del comportamiento de los niños, sus amiguitos y compañeritos de siempre, cuando los debía trasladar, con mi Papá ausente de su lugar, en el auto. Sencillamente doloroso y muy triste. Realmente fue muy duro para mí. La Nostalgia me embargaba. La Tristeza era notoria prácticamente en todos. Todo ésto sin contar para mí, cuando yo debía esperar ahora, en los lugares donde siempre debí esperarlo. DIOS.

En Julio de 2.015, al final del año Escolar, asistí a su Graduación Escolar de Primaria, 6to. Grado, en su ausencia, y ocupé su puesto, junto a sus compañeritos: Víctor, Ricardo, Nathalia, Jonathan, Johany, Daniel, Rotcelín, y Mayeli, con el único fin, de culminar la Faena que yo consideré, me había sido encomendada. Las Maestras cumplieron con hacerle llegar a través de mí persona, todas sus Credenciales y Certificaciones de aprobación de su año cursado, de su Educación Primaria.

Gracias a todas las Maestras de esa Institución, por el perfecto y adecuado trato que dan a los niños bajo su responsabilidad, y en especial a las que alguna vez debieron lidiar con él, con Kenito, entre tantas: Yea, Alba, Eliana, Erika, Yadira, Johana, María Fernanda, Katy, Elizabeth, Roxana, Carmen, Glenner, Juan, Seferino, etc.

Gracias a representantes con los cuales debí relacionarme en esas vivencias: Héctor, Pedro, Marcos, Guillén, la Sra. María, Sra. Beatriz, Ramón, Carlos, etc.,

Gracias en las Clínicas de Terapias y Tareas dirigidas, a todos con los que debí relacionarme: María Alejandra, Guillermina, etc.

Gracias a todos los familiares de Keneddy, su Padre, por darme tan buen trato siempre.

Gracias a todos los familiares de Haslavic, su Madre, con los cuales también debí relacionarme,

Gracias a todos los vecinos, allegados, familias, conocedores y testigos de ésta mi vivencia, y que siempre, al sólo verme, ya surgen las preguntas que me motivaron a ésta redacción, las cuales, aparentemente, sólo las escucho con total normalidad, pero que realmente, cada vez que las oigo, me traen de inmediato a la memoria, esas bellas e incomparables vivencias, y experiencias, con su respectiva consecuencia, la Nostalgia.

Y Gracias a Keneddy (su Papá), Gracias a Haslavic (su Mamá). Gracias a Kenito (él mismo). Y Ahora, Gracias a María José (su nueva Hermanita), por haberme dado la oportunidad, de vivir éstas bellas e incomparables, e inolvidables vivencias.

Realmente, muchas gracias a todos.

Y quiero que se sepa, que anhelo volver a ver a mi Papá, pero allá, al lado de él, en esa tierra más allá, después del charco. Trabajaré y Trabajo para ello. Esa es mi Meta y Mi Anhelo. Y tengo la Fe puesta en nuestro DIOS, TodoPoderoso, que lo deberé lograr.

Y Ya, con esas vivencias, es que prometo escribir, la SEGUNDA PARTE, de ésta redacción.
Recuerdo sus expresiones: "Qué te pasa, Ye?", "Tú estás Loco, Ye", "Apúrate, Ye", "Vamos, Ye", "Tú si eres, Ye", "¡Ya!, ya lo sé, Ye", "Vamos a Jugar al Football, Ye", "Ye, yo quiero ir donde Maía" (para la casa), "Vamos a comer, Ye", "Nos vamos a ir a Portugal, Ye", "Ya me voy, Ye", "Adiós, Ye", "Tú estás llorando, Ye?",
No Papá, No estoy llorando, es que algo me entró en los ojos.
Amed Rondón.
Obrigado, Kenito.
Obrigado.                                                                                                                                         E-mail: Amedrondon@gmail.com.

Nota: Y todo esto es producto, del significativo Exodo, la significativa Emigración, la significativa Diáspora, que se vive, en la actual VENEZUELA.

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